El desarrollo tecnológico a lo largo del neolítico fue consecuencia de un proceso continuado, en el que a los logros de tradiciones anteriores se sumaron aportaciones de diverso tipo. Las nuevas condiciones de vida exigían una adaptación, cada vez mas se beneficiaron de un mejor conocimiento del medio geográfico, de sus recursos, y sus posibilidades de aprovechamiento.
La siembra, la recolección, el almacenamiento y la molienda exigían un instrumental adecuado. Se construyeron viviendas mas sólida, la técnica del pulimento de piedra se desarrolló e incrementó mucho, el vestido y el adorno también evolucionaron, sobre todo con el perfeccionamiento de las técnicas de cestería y tejidos más o menos relacionados entre si, lo que suele calificarse de “horizontes” e incluso “culturas”.
Los intercambios son otro fenómeno que, aunque no sea nuevo, hay que tener en cuenta. La presencia en los poblados y necrópolis de útiles en rocas exógenas, cerámicas o adornos que no son de producción local, conchas procedentes de lugares a veces muy alejados, son buena muestra de ello.
A veces parecen existir verdaderas redes de intercambio de determinadas materias primas de origen muy localizado por ejemplo la obsidiana. Esta es una roca volcánica que aparece ene escasos yacimientos.
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